martes, 18 de junio de 2013

Uno de esos días...

Hoy es uno de esos días en los que me quedaría todo el día en casa, sin hacer nada y sin salir. O uno de esos días en los que haría la maleta...
Escribo mientras escucho a Ricardo Arjona, no es muy conocido en España, y tampoco recuerdo como lo descubrí yo, pero me gusta como escribe. Hay a quien no le gusta, porque, a mi parecer, dice demasiadas verdades. Tan solo describe en algunas de sus canciones lo que yo veo a diario en algunas relaciones.
Intento poner mis ideas en orden, pero me cuesta. Intento pensar en cómo he llegado hasta aquí. Se cuales han sido los pasos, pero no se como intentar eliminar las consecuencias de haber seguido esos pasos. Intento afrontar esto como puedo, si, puede que no estuviera demasiado entregada, a decir verdad, no se si alguna vez volveré a estarlo. Y mejor me ahorraré lo que pienso sobre el amor, y sobre estar enamorado. Conozco a quien dice estarlo, pero está dispuesto a engañar a su pareja, ¿Cómo pueden algunas personas engañarse de semejante manera? Hace falta ser necio, e hipócrita con uno mismo.
Me da miedo pensar que realmente me haya matado el corazón. Me resulta inútil y estúpido enamorarme, cada vez que lo he hecho, siempre me ha traído problemas.
Siento que mi vida, en ciertos aspectos, está desordenada, y se me hace difícil no acordarme de aquellos pasos que di, totalmente erróneos, y que me han llevado hasta aquí. No sabía que me estaba equivocando, solo lo supe cuando el se fue, y cuando, además de irse, se despidió de mi de la peor forma. Hasta entonces no supe cuánto me había equivocado. Y ahora, como dice aquella canción, me siento el corazón congelado...
También me resulta inevitable no mirar atrás cada vez que siento que un barco se me hunde, y a veces, le culpo a el. No me gusta sentir de nuevo el fracaso. Me pregunto cuando dejaré de vivir estos fracasos, quien será y cuando aparecerá el "definitivo". Quizas sea cierto que tenga que estar sola antes de que el aparezca, pero ahora tan solo hago mirar con pena y con lagrimas aquellos barcos hundidos en el mar de aquellos sueños que construí cada vez, y que, junto con el amor que sentí, y junto con mis ilusiones, decidí ahogar o decidieron por mi ahogarlos. Voy a dejar ya de escribir, porque siento que lo hago sin un orden. Ahora toca aprender de nuevo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario