sábado, 29 de junio de 2013

La Sinceridad

Nunca me ha sido fácil ser sincera, al menos cuando sabía que la verdad podía causar daño a la otra persona, y eso me causaba dolor a mi. Suena egoísta, pero pienso que es la razón por la que a muchas personas les cuesta ser sinceras. Para muchos es algo fácil, solo se trata de decir la verdad, para otros, no tanto.
A raíz de una experiencia me di cuenta del daño que hacía la falta de sinceridad, y decidí tratar de serlo, pero confundí la sinceridad, con descubrirse por completo, porque si guardaba algo para mi, entonces sentía que no estaba siendo sincera.
Ahora me he dado cuenta de lo perjudicial que puede llegar a ser eso también, descubrirse uno mismo al 100%. Crea dudas, crea prejuicios, y crea un yo que ya no existe. Cuando intento demostrar que mis experiencias me han cambiado, entonces aparece aquel yo que en su día descubrí, aparece a los ojos del otro, y comienzan los problemas. No, no se trata de que el otro aprecie lo que yo haya podido cambiar o no, estoy convencida de que un@ no cambia por propia elección, un@, o al menos yo, cambié porque mis experiencias me llevaron a ello, porque decidí ser inteligente, y modificar aquello que me perjudicaba, pero en mi intento por ser una versión mejorada de mi misma, me despojé de la parcela que tenía reservada sólo para mi, creyendo que era la decisión acertada, y me desnudé por completo, sin saber las dudas, prejuicios, y cosas no positivas que eso podía causar en el otro.
Cómo es el ser humano, nos podrían haber enseñado algo antes de cometer errores, algunas clases básicas para sobrevivir en este, a veces, asqueroso mundo, pero no, como leí hace poco en una red social, primero nos equivocamos, luego aprendemos, y sí, el error conlleva experiencia, mejorar, si se sabe utilizar dicha experiencia de manera positiva, pero a veces ese aprendizaje también conlleva tristeza y dolor.
Me pregunto cuánto de trauma y cuánto de realidad hay en esta historia presente. Me molesta reconocer que aquella relación pudiera causarme traumas, pudiera dejarme cicatrices, pero esa es la realidad, y hablando de aprendizajes, ahora toca aprender a vivir con eso. Y también con el error de haberme traicionado a mi misma, y haberme descubierto confundiendo la sinceridad, con el respeto hacia mi propia intimidad. Lo hecho, hecho está, y ya solo puedo, no volver a repetirlo. A eso creo que se le llama, método "prueba-error", utilizado en problemas matemáticos, y en la vida misma.


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